Aviso a navegantes

Sí son plazas. Hay muchas en el Planeta urbano. Agunas son hermosas. Uno pasa por allí, en algún momento, con su subjetividad a cuestas. Observa o simplemente mira. ¿Cómo se eligen estos recuerdos? Surgen. Uno quisiera seleccionar, pero la selección navega sin control porque nuestra existencia no representa nada en la gran corriente de la vida... En aquel rincón fuimos felices un día. Estocolmo. México DF. Tallin. Roma. O desdichados. 

Los días son para compartir. Hablas con los otros. Decides. Aceptas, rechazas. Quedan miradas fugaces que te acompañarán: Mañana.    Mediodía. Tarde. Anochecer. Y se retira uno sintiéndose útil en para su comunidad, aunque el ser siga siendo. Uno es uno y por fuera es social.

Porque soy un ser social adoro ser un individuo único, con lo que no rechazo lo que la naturaleza ha hecho de mi desde el momento de mi concepción. Algo, pues, que llevo de ganancia al tener que soportar la levedad del ser, que soy. Porque soy un individuo único tengo que enfrentarme a la libertad, su pasión y riesgos. Porque soy un individuo libre quiero ser camarada de los libres. Con los libres pretendo vivir en sociedad, que no debe ser sumisión gregaria. Qué se puede esperar de los libres:     Que reconozcan mi risa.     Que respeten mi dolor.     Que no me roben ni me compren con regalos.     Que me identifiquen, como yo a ellos.     Y que mejoremos el solar recibido cuando tengamos que partir. Como soy un ser social y un individuo único puede comprender la cara negra de la persona. Solo persigo dignidad. ¿Qué vio en mi este pescador del río Neva?