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Mostrando entradas de diciembre, 2013

No sabemos el tiempo tasado para cada cual

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Me cuentan que te vieron en el Standing Order ante una Smooth y también paseando con Frida por George Street. Te hacía en tierra, porque te toca, pero no por el Reino Unido. Frida y tú quedáis en cualquier lugar, como dos personajes de Mutis, a la búsqueda de soluciones para cualquier laberinto en el que os hayáis perdido. Me cuentan también que cualquier día me convocarás a consulta y que, en esta ocasión, no piensas venir por aquí. Te ratificas en lo escrito en tu último correo: Por ahora quiero descansar de España. Sin novedad, por lo demás, recién celebrado un nuevo aniversario constitucional bajo el sonsonete de los media y la clase política sobre la oportunidad de reformar la Constitución vigente. Sin novedad, digo, en el ánimo del cambio por la novedad, cual si ésta fuera varita mágica para el profesional de la política. Bálsamo de fierabrás: ¿dejarán los unos de querer marcharse a formar Estado distinto al que habitan en el presente? Cuando conversemos cara a cara

De lo humano

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Lugares señalados para que lo humano pueda expresarse. Observar; ser observado. Aprender de la historia. O simplemente, charlar. Lugares donde el tiempo divaga, para eso sirven. Bodega La Moderna, en Jerez de la Frontera. Café en Campo de Fiori, en Roma. Café de la Placita, en Alajar, Huelva. Casa Alberto. Madrid. Verbena en Villaoril. Asturias. Con el Palacio Real de testigo. Madrid. Hermitage. San Petersburgo. Mercado de San Miguel. Madrid. Plaza Mayor de Tordesillas. Valladolid. Terraza en Sanlúcar de Barrameda. Cádiz. Rincón de una taberna. Madrid.

Genoma mitocondrial

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BOLETA DE IDA Y VUELTA Cuando los ilustrados de aquel entonces nos hicieron dueños de nuestros destinos, lo que nos ofrecieron perversamente no era la llave que abría la puerta de la felicidad. Salvo los que están físicamente incapacitados, cuyos destinos caen en manos de la solidaridad de los otros, cuando uno es dueño de su destino está obligado a navegar en el mar incierto, no como aquel héroe bajo el designio de los dioses, sino como hombre libre. ¿Cómo puede un ser libre vivir en sociedad? No hay respuesta.  Hay ficciones que nos han permitido salir del estado salvaje. La ley es la más compleja, quizá, de estas ficciones, cuando trata de poner puertas al campo al animal que todos somos y preservar al redil de los males. Hay cantos de sirena que loan la libertad de la servidumbre voluntaria o forzada: este es el campo de las ficciones políticas. Hay un momento, suele ocurrir en la tierna juventud, en el que cada cual vislumbra su destino. Luego irán llega

Cae la tarde en la ciudad y en el campo

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