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Mostrando las entradas etiquetadas como Íntima insatisfacción

La sonrisa de un niño en los tiempos del COVID-19

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C on su voz impostada se dirige a los niños a través de los televisores: queridos niños y niñas, sois unos héroes; unos héroes que habéis aguantado el encierro, pero ha llegado el tiempo en el que podréis salir a la calle. ¿Se ve este Iglesias Turrión como el ‘padrecito’? A Iósif Stalin no le temblaba el pulso, al Padrecito. El sentimentalismo emocional dirigiéndose en primera persona desde La Moncloa a la infancia puede resultar ridículo cuando lo interpreta un adulto engominado y con coleta, con altas responsabilidades de gobierno. Pero más bien creo que lo que hace este político es asumir la tradición histórica del esperpento patrio. Si lo pudieran ver nuestros Quevedo y Valle Inclán… Señor vicepresidente, déjelos con sus juegos y no quiebres sus inocentes sonrisas con tu cháchara.

Servidores del ‘Granma’

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D edicado a los lacayos del ‘Granma’, mito del periodismo de Estado, aquellos que son incapaces por oficio de formular las preguntas que son difíciles de responder. Hablo de periodismo. El periodista que solo atiende a la verdad revelada es un mero transmisor de la estupidez con la que, en más de una ocasión, se camuflan las mentiras con las que nos reconfortamos y aceptamos como una de las cláusulas de la servidumbre voluntaria. El periodista, en las sociedades democráticas amparado por el concepto de libertad de expresión -uno de los derechos de todo ciudadano, que necesita ser alimentado con hechos diarios frente a sus enemigos y la desidia- si no es capaz de cuestionar las verdades oficiales, llanamente actúa como un usurpador de un oficio de por si antipático. Hay otros oficios mejor remunerados que no tienen la antipatía como denominación de origen. Están los paniaguados de los poderes, los correveidiles, los pobrecitos habladores de la soci

Ataque telúrico

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E l virus que nos azota ataca al Estado y en el occidente más o menos socialdemócrata, al Dios Estado providencia. Da la impresión de que nadie, salvo los sabios que estudian estos virus que necesitan atacar a los humanos para su propia supervivencia y la extinción de nuestra especie, estaba al tanto de una amenaza a la que bautizaron como SARS-CoV-2, por cierto una familia conocida que había mutado, y que provoca la enfermedad también bautizada como COVID-19. Estábamos tan seguros en nuestros sistemas de providencia, en el caso español bajo la protección de los prestamistas. Orgullosos, altaneros, por encima de la Naturaleza, al servicio del rey de la creación. Las palabras como utensilios vocales para crear mundos comprensiblemente ficticios y negar hasta la biología si fuera menester. Desde las tribus nómadas, con la palabra y las armas se crearon sociedades cada vez más complejas y finalmente los estados. Ahora volvemos a recordar que el Estado coraza puede quedar noq

Es un encanto que la verdad no sea el patrimonio de uno

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BOLETA DE IDA Y VUELTA Q ue me quede como estoy es conformismo. Es evidente. Conformismo de aquel que ha llegado a poder sobrevivir con dignidad. La frase, aparentemente, traduciría suficientes comportamientos sociológicos de los ciudadanos de los estados modernos, donde se vive en democracia y con ciertas dosis de retórica bajo el Estado de Derecho. La democracia, claro que es imperfecta, pero facilita el voto periódico, también quejarse a través de las asociaciones de consumidores y puede que permita controlar, más o menos, a quienes siempre van a intentar robar a la comunidad, con buenas o con malas artes. El sistema democrático suele sufrir el fenómeno de la suplantación, como cuando un partido de la derecha al estilo antiguo Testamento subraya lo de popular como elemento sustantivo, o el otro de ideología totalitaria se camufla con la propaganda del podemos progresista, o aquel de la burguesía que se abraza al ideal socialista, que se diluyó con l

Del Dietario de Jabu 7

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C ada uno se mantiene en pie como buenamente puede, obsesionado en planificar cual ingeniero, olvidándose del sabio oficio de jardinero, que respeta la salvaje naturaleza. Uno se pone a observar a su alrededor –me cuenta, sin sentirse trascendente– y puede contemplar cuánta insensatez hay flotando en el ambiente. Uno pega la oreja en conversaciones ajenas y no hay sorpresas por sus contenidos, sino por la banalidad de las mismas. Ese ambiente ligeramente ponzoñoso. Son esos seres con los que se convive, lejanamente, pero con los que hay que participar en sociedad. Con ellos hay que comunicarse, puede uno sentirse incapaz, pero hay que hacerlo por humanidad, actuar respetuosamente, resultar agradable en el trato, lo mínimo que se les debe por ser miembros de la misma especie. Escépticamente hay que aceptar que a los otros debe sucederles lo mismo, porque cada uno es un misterio y nos juntamos todos en rebaño para sobrevivir, también para hacernos daño –dice–. Entre todos man

La presunción del bienpensante

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E scribe Pablo D’Ors en Biografía del silencio : en el zen se enseña a dejar a los demás en paz, porque poco de lo que les sucede es realmente asunto tuyo. Casi todos nuestros problemas comienzan por meternos donde no nos llaman. Sí, creer que uno puede ayudar es casi siempre una presunción: el yo bienpensante acaba chocando con el ego del otro; el político generoso contribuye el incremento de la deuda dado que paga con la renta de capital que su sociedad no produce. En las relaciones próximas es difícil saber qué es lo mejor para el otro, pues habría que ser él o ella –asunto imposible– y estar viviendo en sus circunstancias. Quizá tenga razón D’Ors cuando comenta que hay que dejar que el otro sea lo que es.

En mi opinión

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BOLETA DE IDA Y VUELTA En mi opinión es otra de las fórmulas propias de la estupidez amada por el humano moderno, como efecto colateral de un acceso febril cuando hay empacho de democracia al llano modo de practicarla. Con la opinión de cada cual –hay tantas opiniones como culos llega a decir un personaje del cine– resulta ser que se dicen muchas palabras irrelevantes aunque sonoras, que son las que ofrecen la chispa a las conversaciones de café. La opinión irrelevante con pretensiones de categoría de pensamiento, ésa es la dañina y peligrosa, más cuando se transmite a la masa por radio, tele y prensa escrita, además del desembarco masivo en las playas de Internet y con los trinos de Twitter. Al referirse a nuestro territorio no es de extrañar ese comentario incisivo, de los que hieren, del bueno de Gustavo Bueno, filósofo: «En España tenemos el cerebro hecho polvo», frase que ha sido portada del ABC Cultural (nº 1.119). La masa que necesita creer más que entende

Del Dietario de Jabu (5)

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L os maestros del periodismo acuden al altar de la verdad siempre que se ponen trascendentes, tratando de aleccionar a los asalariados de la industria del info-entretenimiento, esos profesionales que construyen relatos que hay que vender en el mercado de la escandalera las más de las veces o bien sirvan para adoctrinar a una masa a la que también se ha elevado a ese otro altar de la ciudadanía. Suena huero el alegato por la verdad en la gran industria del espectáculo contaminante que, en su voracidad, también consigue alterar la pureza de la mentira.

'El libro de los susurros'

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¿ R esignación? Sabemos que hay asuntos que no se pueden contar con palabras, que jamás llegarían a expresar ni a uno mismo lo que no puede ser expresado. Asimismo, hay historias que tienen que ser contadas; narraciones que buscan perdurar, que luchan contra el olvido que el conteo de las generaciones venideras acabará imponiendo. Una derrota contra la que luchan arqueólogos, paleólogos, paleontólogos, en fin, todos aquellos que escudriñan un pasado muerto. Historias que no deben olvidarse, porque su olvido vuelve a abrir el horror del presente –mejor hablar en plural–. Varujan Vosganiam cuenta en El libro de los susurros la historia del genocidio del pueblo armenio. El libro, traducido por Joaquín Garrigós, quien a su vez aporta notas aclaratorias sobre costumbres, hábitos alimenticios, lugares, personas y apuntes históricos, está publicado en una cuidada edición por la editorial Pre-Textos. El libro de los susurros es una novela, también un documento histórico del siglo

Memoria e impostura

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«En qué momento la memoria se reviste de la impostura necesaria para ser consecuente con la vida?», escribe María Ángeles Robles en Una senda en penumbra . Se trata de una de sus entradas en este delicado dietario, dedicado a los recuerdos, los que nos permiten ¿reconocernos ante el espejo?, ¿inventarnos una biografía existencial?, simplemente soportarnos en nuestro presente, quizá. Adan Soboczynski apunta que «solo son felices las personas capaces de engañarse mucho a sí mismas» en su divertido El libro de los vicios . La pregunta podría ser: ¿quién soy?, a propósito de esos recuerdos que recomponen una personalidad, también con relación a la máscara que cada cual exhibe para tratar de ser admitido en la vida social. Personalidad para ser aceptado en nuestras sociedades en las que se valora y premia la representación; mayor premio cuanto más se amolde uno e integre su falsa individualidad a la convención. ¿Quién soy? Para evitar este tipo de bloqueos por una pregunta

Del Dietario de Jabu (4)

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S e acaba este período de hastío vacacional y trabajo con calor. Sobre el dibujo de una “realidad deforme” escribe Bieito Rubido en su El Astrolabio del ABC: «Es un síntoma más de una sociedad trivial, epidérmica, manipulable, que se refleja en el periodismo que se consume. Se supone más que se cuenta. Todo vale. Los medios retransmiten el Apocalipsis, mientras la vida real transita por otros medios». Claro que hay expertos en construir nuestra realidad deforme (un científico, por caso uno del campo de la Neurología, pondrá reparos a eso de la realidad deforme, dado que es el propio cerebro quien deforma la realidad, cuando no la inventa por pura supervivencia). Expertos suficientemente preparados, con títulos universitarios y experiencia demostrada en la ciencia y oficio de la comunicación. Una realidad deforme servida por la ideología –las ideologías–; realidad que a su vez las alimenta diariamente limpiando ese pañuelo ante los ojos que todo lo vela.

Apunte para un tratado sobre el bostezo

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BOLETA DE IDA Y VUELTA E l pesimismo tiene un prestigio intelectual que no corresponde a la evolución de la humanidad y qué decir si es que nos ponemos a hablar de la sociedad española. El pesimismo goza de ese prestigio que alimenta una opinión pública banalizada y entregada al brazo ejecutor del espectáculo. En este caldo de cultivo, las malas noticias coparán los titulares de los medios de comunicación social. Aparte las tragedias, entre ellas las guerras y los desastres naturales, la mayoría de las malas noticias son carne de cañón para titulares que rellenan con supuesta acción el aburrimiento nada convencional de cada telediario, noticiario radiado... todos esos espacios informativos que dividen el tiempo cotidiano en las sociedades de masas, a galope. Saturados de información repetitiva, ahora, tras las elecciones de este pasado 24 de mayo nos damos a creer que algo importante ha sucedido –los periodistas acuden de inmediato al calificativo de histórico, po

El signo congénito de las cosas

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J usto cuando comienza a languidecer la primera inocencia anuncia su despertar uno de los grandes enemigos de la existencia. Llega como brisa cálida, hedionda y arreciará a lo largo y ancho de la vida de cada individuo, más de una vez con toda la fuerza de un vendaval, y ya nunca se acabará, incluso cuando la segunda inocencia relaje los años de la vejez. El fracaso es la asignatura suspendida de la existencia. Del fracaso hemos hablado tú y yo desde que transitábamos aquella adolescencia con la que fuimos otros, cuando condenábamos a la desconfianza a quien cumplía los 20 años. Veinte años y lo acusábamos, a aquel quien, de sospechoso, acomodaticio y negado para transformar el mundo. ¿Qué mundo? ¡Ah! Las grandes palabras sin sentido, desnortadas de rumbo. El mundo en transformación siempre estará fuera de nuestro alcance, aunque los protagonistas se satisfagan en la cresta de la ola, la misma que los arrojará revolcados a la orilla, magullados por los cantos rodados, atur

Del Dietario de Jabu

Soportar lo gris del mundo, la mediocridad propia y con la que convivimos, de ahí que DH Lawrence empleara el Arco Iris como metáfora de la única esperanza a la que agarrarse para soportar. La esperanza: “Hay tantos amaneceres que aún no han nacido”. ¡Qué hermosa frase de Lawrence! Lo gris del mundo en el que moramos como animales solitarios que sabemos somos mortales. Una gran tragedia la de andar barruntando el futuro, camino de la nada. A no ser que… a no ser que se tenga fe en lo otro. Un arco iris llamado paraíso. Frente a la muerte: fe Frente a la grisura del mundo real: esperanza. Frente al yo solitario –“nuestra invulnerable soledad”, en palabras de Gabriel Albiac–: caridad. El arco iris de los creyentes, a crédito. Esto de la fe.

Cierta condescendencia con la verborrea

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Cierta condescendencia con la verborrea conduce a leer textos donde impera el abstracto lenguaje, un masaje que incita al placer intelectual. Acontecimiento (Sexto Piso, 2014), el ensayo filosófico de Slavoj Žižek, una estrella de la filosofía actual refleja la promoción en palabras de Lola Galán en El País, es un libro que obliga a pensar al modo filosófico, que no es el común estilo de pensamiento. Libro sugestivo e inquietante. Dice el autor que «acontecimiento definitivo es la Caída misma, la pérdida de una unidad y armonía primordiales que nunca existieron, que no son más que una ilusión retroactiva». Un acontecimiento marca un antes y un después, nada será igual tras él, para entendernos. El pensamiento filosófico, la historia, todas las civilizaciones están marcadas por acontecimientos. Como Žižek es un prestidigitador de las palabras no deja de ser un encanto seguir sus argumentos al hilo de los maestros del pensamiento filosófico, el psicoanálisis, el cine, la literatur

La gran biblioteca universal

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L a gran biblioteca universal soñada, Internet. El lector perdido en tanto marasmo, pulsando link tras hiperenlace, la hipérbole de la información con destino a la melancolía. La ignorancia por inflación de datos, engreimiento y vanidad. Ahora más que en el pasado se busca un lector con criterio, un titán dispuesto a dejarse seducir y batallar por la sabiduría. Una búsqueda que debe correr a cargo de un editor con juicio e instinto, rara avis. Roberto Calasso (Florencia, 1941), el alma de la editorial Adelphi, indica en La marca del editor (Anagrama) la existencia todavía de «una tribu dispersa de personas a la búsqueda de algo que sea literatura, que sea pensamiento, que sea investigación (...), que sea oro y no latón, que no tenga la inconsistencia típica de estos años. Faire plaisir era la respuesta de Debussy daba a quien le preguntaba cuál era el fin de la música. También el editor podría proponerse faire plaisir a esa tribu dispersa, preparando un lugar y una forma que s

Frente a la horca troquelada

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Cartas a Justo En Biddi Mulligans, frente a la horca troquelada en el suelo de Grassmarket, sirven una cerveza artesanal más que decente y también chocolate aguado, que algunos entienden como belga, que es el que a Frida le gusta este mediodía frío de Edimburgo, en cuyas esquinas el viento cuartea los labios. Hablamos de las anémonas: cosas nuestras. También de la impresión que le dejó tu reciente estancia y es que me dice te vio sorprendentemente activo; “vital”, dijo. Está visto, no vamos a vernos en tiempo. Volaste hacia Hong Kong. Un escueto mensaje: ¡Me piro, nos escribimos! Te escribo. Lo de las anémonas, hermosa trampa venenosa para despistados, es nuestro Macguffin; nos permite a Frida y a mi descontar años, con la ilusión de que todavía podríamos desafiar las olas en la playa de San Lorenzo de madrugada, en aquel momento en el que el Arenal se lavaba la cara y comenzaba a vestirse de responsable. Aquellas noches eran pura promesa. Me cuen

No sabemos el tiempo tasado para cada cual

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Me cuentan que te vieron en el Standing Order ante una Smooth y también paseando con Frida por George Street. Te hacía en tierra, porque te toca, pero no por el Reino Unido. Frida y tú quedáis en cualquier lugar, como dos personajes de Mutis, a la búsqueda de soluciones para cualquier laberinto en el que os hayáis perdido. Me cuentan también que cualquier día me convocarás a consulta y que, en esta ocasión, no piensas venir por aquí. Te ratificas en lo escrito en tu último correo: Por ahora quiero descansar de España. Sin novedad, por lo demás, recién celebrado un nuevo aniversario constitucional bajo el sonsonete de los media y la clase política sobre la oportunidad de reformar la Constitución vigente. Sin novedad, digo, en el ánimo del cambio por la novedad, cual si ésta fuera varita mágica para el profesional de la política. Bálsamo de fierabrás: ¿dejarán los unos de querer marcharse a formar Estado distinto al que habitan en el presente? Cuando conversemos cara a cara

Humilde monumento a la emigración a Argentina

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Un humilde recuerdo para los emigrantes de esta pequeña población del occidente asturiano, en el límite con la también hermosa región de  Galicia. En esta pequeña aldea de España hubo un tiempo en el que las oportunidades para vivir con decencia estaban en Argentina. En estas tierras que conquistó Roma aprendí a montar a caballo. Era, entonces, un niño. Piantón, parroquia de Asturias. España.

Días de hiel y rosas

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BOLETA DE IDA Y VUELTA Días de hiel y rosas. Hiel que amarga a los españoles que contribuyen en su vida cotidiana a la convivencia en libertad y no olvidan a los que murieron por ello. Rosas para quienes ven compensados sus golpes militares: les mereció la pena, eso parece. Apariencias que engañan al corazón. Estamos advertidos, las sociedades abiertas tienen sus enemigos, unos poderosos, otros sutiles. España es una de las sociedades abiertas en este siglo, con una Constitución útil para convivir en libertad desde 1978 y que sea para muchos años más, rompiendo una trayectoria histórica con muchos momentos críticos, siempre contra la libertad de los españoles. Ante los días de turbación, puño de hierro en guante de seda. Gobierno fuerte y la cabeza fría. Con sus defectos, vale lo conseguido y merece la pena el camino andado desde el fin de la dictadura. En cuanto a lo de ayer, ante la sacada de la cárcel a todo correr de la pistolera camino de Tafalla est