Bajo los empujes del estrés

BOLETA DE IDA Y VUELTA










El umbral de percepción provoca el apagón de las sensaciones, como si los cerebros desconectaran, enmudecieran. En estos días en los que se ha destacado otro de los centenarios: la publicación de la primera entrega de la búsqueda del tiempo perdido, Marcel Proust se desdibuja como fantasma… para quien sepa quien fue el tal escritor francés, claro. Porque se vive bajo los empujes del estrés.

Hay muchas pantallas para que pueda relumbrar la buena literatura, señala Luis Goytisolo ahora que le han concedido el Premio Nacional de las Letras. Siempre quedará en ponerse de acuerdo en qué es buena literatura.

La que trasciende el tiempo, el estrés, las pantallas.

Las sociedades de la información y de la comunicación desbordan los umbrales de percepción. Se conoce todo y nada. Cuán difícil el vivir vidas ajenas, cuando la propia es ajena, también. Para vivir las vidas ajenas de los libros hay que leerlos y para ello dedicarles tiempo, en un estado especial del espíritu.

Por fortuna, quienes no leen libros viven ajenos al estrés de la percepción, quizás felices si son hinchas ágrafos de cualquier deporte digno de ser enmarcado en una pantalla de televisión.


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