No sabemos el tiempo tasado para cada cual



Me cuentan que te vieron en el Standing Order ante una Smooth y también paseando con Frida por George Street. Te hacía en tierra, porque te toca, pero no por el Reino Unido. Frida y tú quedáis en cualquier lugar, como dos personajes de Mutis, a la búsqueda de soluciones para cualquier laberinto en el que os hayáis perdido. Me cuentan también que cualquier día me convocarás a consulta y que, en esta ocasión, no piensas venir por aquí. Te ratificas en lo escrito en tu último correo: Por ahora quiero descansar de España.

Sin novedad, por lo demás, recién celebrado un nuevo aniversario constitucional bajo el sonsonete de los media y la clase política sobre la oportunidad de reformar la Constitución vigente. Sin novedad, digo, en el ánimo del cambio por la novedad, cual si ésta fuera varita mágica para el profesional de la política. Bálsamo de fierabrás: ¿dejarán los unos de querer marcharse a formar Estado distinto al que habitan en el presente?

Cuando conversemos cara a cara, próximamente, prefiero hacerlo en el Café Hafa. Tánger me queda a mano.

Hecho el paréntesis, vuelvo al correo que llegó desde el mar para coincidir contigo en que leímos El Príncipe tarde. Mi estimado capitán, nos hubiéramos evitado disgustos en aquel tiempo de la llamada transición y la actual sensación de derrota. Sensación además falsa, como impostada, pues aquel ideario revolucionario tan de cartón piedra, además de llegar fuera de su tiempo histórico, sólo conduce a la catástrofe. Mal casa la libertad de las personas con el comunismo. Así que lo mejor hoy es alegrarnos por todo lo que fue ocurriendo, hasta desembocar en los actuales comentarios sobre la reforma de la Constitución del 78. Nos queda el recuerdo de aquella nación provinciana, en la que hasta se dio un pronunciamiento del diecinueve con tiros al aire, y la sensación de inseguridad de la presente globalidad en la que nos toca vivir.

Procuramos sobrevivir a la complejidad nadando contra las corrientes.

Frida, que es poeta, suele decir que lo único cierto es que no sabemos el tiempo tasado para cada cual. 


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