El duelo

En la carta de navegación la posición era deprimente, quedarían días de navegación hacia ambas costas. En mitad del Atlántico Norte, el barco en silencio a merced del tobogán de las olas. Sin propulsión y con un marinero enfurecido navaja en mano. Morir ahogado o apuñalado. Cargó la pistola, convencido.


El comienzo de una historia...

Comentarios

  1. Mejor solo que mal acompañado. O cuando el suicidio es elección.

    ResponderEliminar
  2. Buenos días, José Ángel.
    Tal vez el tiro no era para él. ¿Morir luchando?
    Sería interesante ver como prosigue la historia.
    Un Abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por vuestros comentarios.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ofelia contra la señorita mojigata

4 Tiempo de descuento

Esas rubias auténticas