El duelo
En la carta de navegación la posición era deprimente, quedarían días de navegación hacia ambas costas. En mitad del Atlántico Norte, el barco en silencio a merced del tobogán de las olas. Sin propulsión y con un marinero enfurecido navaja en mano. Morir ahogado o apuñalado. Cargó la pistola, convencido.
El comienzo de una historia...
Mejor solo que mal acompañado. O cuando el suicidio es elección.
ResponderEliminarBuenos días, José Ángel.
ResponderEliminarTal vez el tiro no era para él. ¿Morir luchando?
Sería interesante ver como prosigue la historia.
Un Abrazo.
Gracias por vuestros comentarios.
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