Marcelino Muymacho

Melpómene. O quizá Talía. ¿Tragedia o comedia? La fiebre del teatro nos duró poco. Ni siquiera recuerdo el título del engendro que escribimos y preparamos a conciencia durante aquel par de meses y risas, que nunca llegó a subir a un escenario. Dos pasan una noche a perros , me contestas a la pregunta en uno de tus lacónicos mensajes. Admiro tu memoria, la delectación que inviertes en la evocación de lo nimio, esos detalles Justo que yo jamás logro recrear. Sí, ése era el título: Dos pasan una noche a perros . Una pareja enamorada se pierde en el monte durante una tormenta y acaban resguardándose en un castillo a merced de una panda de vampiros, que se declaran en huelga. Marcelino Muymacho era un dirigente sindical muy peculiar, incapaz de poner de acuerdo aquella tropa de espectros codiciosos, ávidos de sangre y de algo tan prosaico tal que el vil dinero. Inesita, nuestra amada Frida, era la joven enamorada, a la que no conseguimos encontrar el galán adecuado, no...