Qué difícil es el oficio de ir muriendo

Qué difícil es el oficio de ir muriendo. Viejo, ya sabrás que se nos fue el Gaviero. Pero este es un oficio, el de ir muriendo, del que nadie puede zafarse: aquí no vale el paso atrás y que otro asuma la empresa y sus tribulaciones. Ya lo tendrás que saber, Maqroll se nos fue; en tu barco, Justo, sé que tienes comunicación por satélite, la que llevará este correo hacia las aguas del inmenso mar de Oriente, a esa nave de carga que masca lamentos, tragando y tragando distancias.

Nunca me imaginé a Maproll encarnado en Imanol Arias en aquella historia de amor cuando el Tramp Steamer hizo su última escala, pero poco importa, es una visión subjetiva sin importancia, cuando uno con lo que goza es con sus propios sueños y sus protagonistas. Maqroll era… como cada cual haya querido imaginárselo.

Hay tantas maneras de contar una historia, como nos recuerdan las primeras palabras de aquella historia de amor. ¿Recuerdas Justo aquellas conversaciones sobre el Gaviero? Cuando leíamos sus tribulaciones, que nos ofrecían tantos mundos posibles. Hace ya tiempo. Ese tiempo que es aire que queremos atrapar en esos globos que acaban por reventarse, ¡pump!, y vuelta a empezar.

En la vida suceden cosas que todo lo cambian radicalmente. Tú y yo lo hemos aprendido, desde que el mundo nos cambió a nosotros, que queríamos cambiarlo.

No fue una derrota aquella con tantos episodios sucesivos, dado que el oficio de ir muriendo es arduo y requiere estar despierto, mientras paso a paso va llegando la muerte. Maqroll nos enseñó a vivir una vida errante. Gracias Álvaro Mutis. ¡Qué hermoso, lo que hiciste vivir con la lectura!

¿Quién dijo aquello de que la literatura es una forma concentrada de pensamiento? ¿Quién fue, quién?


Me alegro de que la vida tediosa de la mar no te haya devorado la curiosidad en esta campaña todavía, como me cuentas. Dime, Justo, ¿quién fue?



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ofelia contra la señorita mojigata

4 Tiempo de descuento

Esas rubias auténticas