Tan solo un segundo
Microcuento
Lo dejó marchar sin un grito más. Vio como caminaba sin mirar atrás por el largo pasillo. Contó uno, dos, tres... hasta treinta y cinco segundos. Abrió silenciosamente el cajón derecho del escritorio. La culata estaba fría. Un segundo tan solo y en el aire restalló el estampido del arma.
![]() |
El viejo taller. |
Comentarios
Publicar un comentario