'El libro de los susurros'


¿Resignación? Sabemos que hay asuntos que no se pueden contar con palabras, que jamás llegarían a expresar ni a uno mismo lo que no puede ser expresado. Asimismo, hay historias que tienen que ser contadas; narraciones que buscan perdurar, que luchan contra el olvido que el conteo de las generaciones venideras acabará imponiendo. Una derrota contra la que luchan arqueólogos, paleólogos, paleontólogos, en fin, todos aquellos que escudriñan un pasado muerto.

Historias que no deben olvidarse, porque su olvido vuelve a abrir el horror del presente –mejor hablar en plural–. Varujan Vosganiam cuenta en El libro de los susurros la historia del genocidio del pueblo armenio. El libro, traducido por Joaquín Garrigós, quien a su vez aporta notas aclaratorias sobre costumbres, hábitos alimenticios, lugares, personas y apuntes históricos, está publicado en una cuidada edición por la editorial Pre-Textos.

El libro de los susurros es una novela, también un documento histórico del siglo XX, asimismo un canto poético para sentir lo que no puede ser expresado solo con la palabra. Trata sobre el genocidio, la diáspora de los armenios que pudieron huir, y trata sobre las guerras  en Europa del último siglo, los sistemas totalitarios, nazi y comunista; sobre la muerte siempre presente y sobre la maldad en la condición humana. En este libro los viejos supervivientes que irán desapareciendo por imperativo biológico contemplan su destino con la tolerancia y paciencia en las adversidades, que es una de las acepciones de resignación, incluso ante las acciones de venganza de los suyos.

La esperanza es uno de los susurros de la resignación.


Una imagen puede llegar a incitar el sentimentalismo bobalicón y hasta motivar la acción, lo comprobamos ahora con el éxodo sirio. Este libro lo que incita es a la compresión del horror, a la vez que alimenta una actitud: la libertad es un duro camino que se hace al andar, una meta por alcanzar.

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