El destierro

Cualquiera puede cruzar la frontera y sentirse desterrado, en tu propia ciudad. Tan sólo basta saber que el juego de la existencia es inútil, que cualquier esfuerzo es nada. Practicar la ataraxia y la amistad.

Sin turbaciones.

Por dentro, tú mismo; por fuera, como los demás.

¿Por qué solo los sabios pueden convivir cara a cara con la melancolía?


¿Cuánto nos extraña una calle sin coches?

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