Nada va a ser como es
Me gustan las tormentas: limpian.
También arrasan con lo existente, con todo el dolor que esto implica.
En estos tiempos de zozobra; en estos tiempos convulsos, no sólo tenemos que aprender a sortear el chaparrón, los chaparrones seguidos, tenemos que aprender que nada va a ser como es y que se cuenta con el concurso de todos.
¿Quién es tan estúpido para complacerse en pensar que la vida del Planeta es puro consumo de energía y recursos de la naturaleza? Nuestro Planeta también tiene un fondo, como aquellos viejos baúles en los que se creía que cabía todo; pero no.
Somos muchos en la Tierra, que tiene recuros limitados y confundimos valor y precio cuando producimos con un afán de lucro, por encima del afán de vivir como seres a los que naturaleza nos ha dado el privilegio de transformar nuestros entornos.
Tormenta en la calle Fuencarral de Madrid.
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