El 'argumentario'


El asunto viene de muy atrás y quizás por ello Aristóteles cuando reflexionó sobre la política equiparaba democracia y demagogia en algunos momentos. El caso es que en las sociedades del marketing, el político profesional se abstiene muy mucho de decir lo que realmente va a hacer o de hacer lo que realmente considera que se debe hacer. Como norma general de supervivencia.

Y se pierde la vida en debates intrascendentes.

Un candidato habla cara a cara con sus correligionarios ideológicos, le graban en un smart y el vídeo causa un revuelo espantoso para las expectativas electorales del candidato. Se ve obligado a balbucear excusas políticamente correctas. Y a sonreír falsificar su discurso, buscando el voto del indeciso.

Ahora que ya no está, entre el montón de alabanzas difundidas a los cuatro vientos sobre la ex presidenta de Madrid Esperanza Aguirre, algunas han señalado que defendía con firmeza sus convicciones políticas, como algo extraordinario, dejando la duda al lego de si los compañeros de partido no lo hacen.

En las sociedades del marketing político el poder es lo que se puede.

En las sociedades políticas, el poder debería ser el instrumento para fortalecer lo existente o transformar la realidad. Esto no hay ‘argumentario’ elaborado por el departamento de comunicación que lo soporte.

Así que no hay nada extraño en el que las derechas llegan a nacionalizar bancos y las izquierdas a bajar los impuestos. Verídico.

¿Nadie se atreve a borrar el palabro ‘argumentario’ y bautizarlo como guión mental para perezosos?

El foso de Ceuta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ofelia contra la señorita mojigata

4 Tiempo de descuento

Esas rubias auténticas