La casta

En la Taifa andaluza los recortes son moralmente educados porque los hace un gobierno de las izquierdas, que no quiere acabar con todo, como acusan los sindicatos quiere conseguir el Gobierno de la nación.

Estos reinos de la algarabía hispana donde hay pillos y caraduras con rango oficial. Ejemplo de los primeros, ese Gobierno Foral Navarro que anuncia una ley para adelantar las pagas extraordinarias de Navidad, vetadas al resto, durante el tiempo del purgatorio que durará hasta el 2015, al menos y quién pone la mano en el fuego. De lo segundo, quien sostiene que no merece acudir a debatir y legislar al Parlamento Catalán por menos de 3.000 euros al mes.

En cuanto a concepto de nación, lo que priva es esa Selección Nacional de Fútbol que ha adquirido categoría de fábula moral, en palabras de Ignacio Ruiz Quintano, más iconoclasta en cuanto a las grandes palabras que Isabel San Sebastián, quien sigue con su cruzada solitaria contra el pensamiento blando, enquistado en la esta sociedad enferma. Según su visión, por supuesto.

Eso sí, somos un país con casta, en su acepción de condición y calidad. No la que exhibió en la estación madrileña de Atocha un tal Daniel Fernández Monterroso, que se lió a patadas con una monja de 84 años sin mediar palabra. Hecho terrorífico que no justifica la casta hispánica, sino la mala leche aunque sea un perturbado como justificante para el pensamiento débil o blando en las palabras de la San Sebastián.

La referida selección es por el momento campeona del mundo, en esta España que siempre aspira a ser número uno en algo, no en la intolerancia precisamente, como denuncia Miguel Bosé en Público, ahora que Papito anda de promoción musical. Pues no, este ancho mundo anda ahíto precisamente de gente intolerante.

De mala leche también, como lo está sufriendo en sus carnes la concejala socialista de la localidad toledana de Los Yébenes. Olvido Hormigos, como cada cual, merece un respeto.

Número uno es Alberto Contador pedaleando, y en la taifa asturiana se ha celebrado la carrera de montaña Quebrapates de Peña Mea, que ganó Santi Obaya.

Un respeto por esas palabras auténticamente chuscas.

Casa en Bornos.

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