Ejemplos de extravagancia patria


Hay mucha afición a confundir la extravagancia con la originalidad. La primera es prenda prêt à porter de bajo coste, en tanto la segunda es cultivo producto del espíritu. Todo lo que tiene de fatuo la una, enriquece para los menos la segunda, aunque los más intentan aspirar a ella.

La originalidad respira con la libertad y, mira por donde, la extravagancia es una expresión mamarracha del libre albedrío, cuando se convierte en un elemento de consumo masivo, donde el juicio inteligente se deja llevar por el espíritu igualitario.

¿A dónde vas Vicente? A donde va la gente, que decían nuestros abuelos; los de hoy llegan hasta a el paroxismo ridículo de utilizar pantalones cortos en verano, cual explorador de los confines del barrio. Con esa pinta, cómo hacer caso a lo que digan…

Aquí -hablo de España- la extravagancia es un comportamiento respetable, puesto que los medios de comunicación de masas recogen sus travesuras y, además, pontifican sobre ellas.

Aclarado debe quedar que extravagancia es aquello que se hace o dice fuera del orden o común modo de pensar.

No es de extrañar, por tanto, que la reina de las masas, ahora deprimida y arrojada a la cuneta, sea una tal Belén Esteban. Ha pontificado banalidades de lo esto y lo otro.

Tampoco que Artur Mas quiera ser estadista de un estado que no existe, al rebufo de esos miles de manifestantes que se apuntaron en Barcelona a una performance del viaje a ninguna parte, pidiendo la independencia y lo que fuera menester chillar, contra esto y lo otro.

Ni que un personaje del diecinueve, portando sombrero de hacendado cafetero colombiano, predique la insumisión contra todo lo que emana de una sociedad armada por las leyes que protegen las libertades del pueblo. Un tal Juan Manuel Sánchez Gordillo, novelesco bandolero de los pobres a la vez que respetable parlamentario andaluz.

Tiempos de extravagancias estos en los disfrutamos disparándonos un tiro en el pie. Lo que no han hecho estos días ni los votantes holandeses ni el alto tribunal alemán: apuestan por Europa, aunque el camino se haga al andar.

¿Tendrá la extravagancia patria algo que ver con nuestra afición al consumo de tinto con casera?

Rincón de un bar en Madrid.

Will the extravagance homeland something to do with our love of red wine with soda consumption?

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