El afán de cada día o como todo sale mal al final
















Si el Lazarillo hubiese tenido en sus manos una de esas tarjetas VIP de Caja Madrid habría de aplaudir con más ardor el sermón del dispensador de bulas: “Hermanos míos, tomad de las gracias que Dios os envía a vuestras casas”. 

Aquella picaresca, transformada en latrocinio. Suma y sigue para que haya españoles en esta década sumidos en la melancolía, airados y hasta resentidos, por los ladrones de guante blanco; por aquellos que han utilizado sus labores políticas para dejarse corromper; por la vesania en la administración de los bienes públicos de gobiernos, como mínimo, incompetentes; por la lentitud y hasta desidia de quienes ejercen el poder judicial y la fiscalización de los delitos. Y como todo sale mal al final, en este ciclo borrascoso el Gobierno de Cataluña amenaza al resto de España con la secesión.

Españoles que son el nicho de mercado electoral para todos los enemigos de las sociedades abiertas, bajo diferentes marcas de consumo que se ofrecen en el lineal de demagogias, cuando no caducadas, al alcance de cualquier economía doméstica.

Así resulta que hay quien en el afán de cada día se deja llevar por el malestar de vivir, atacándolo con ansiolíticos y buenas dosis de cabreo, más cuando los recursos escasean para gozar de la sociedad del consumo o cuando a peor, hasta para comer cada día. Estas situaciones angustiosas para las que no hay más salida que el trabajo remunerado.

En cuanto a los pacientes del malestar de vivir que se consuelan con drogas, más barato resulta aplicar otras dosis de racionalidad crítica, que es la que garantiza la libertad en estas relaciones sociales que suman un catálogo de esperpentos, frente a todas las propagandas, inducciones y seducciones. Claro que la racionalidad crítica hay que educarla, labor de jardinero que cuida sus plantas con esmero, sabiduría adquirida y hasta sus buenas dosis de pasión.

Así ha sido siempre.

Basta de nostalgia nos previene el periódico que se vanagloria de ser global en un editorial, que argumenta que a cada generación le toca vivir su momento, siempre complejo, enfrentando nuevos retos y emprendiendo nuevos caminos. Editorial cabalístico, abierto a la interpretación que sumar a la búsqueda de la nueva senda en la que andan los teóricos de la socialdemocracia en otras secciones del periódico. O también una de esas repeticiones inútiles y viciosas que integran una tautología. Es evidente que cada generación tiene su afán, hasta su trágico afán.

Sobre afanes humanos hay que dar publicidad al más novedoso de los episodios nacionales que acaba de nacer en novela, una vez cerrado el ciclo por defunción de Don Benito Pérez Galdós. Esta vez lo ha escrito y publicado un escritor que rechaza ser conservador reivindicando que él es tradicional, Juan Manuel de Prada. Título: Morir bajo  tu cielo. Tema: el asedio de Baler (Filipinas). Sí, el de los últimos de..., película de 1945 dirigida por Antonio Román, con Fernando Rey y Toni Leblanc, entre otros, y una canción: Yo te diré, en la voz de Nani Fernández, legado para la música popular española. Episodio nacional, historia, nada de nostalgia, recomienda El País.

José Corredor-Matheos (Alcázar de San Juan, 1929), sabio humanista español vivo y lúcido, ha estado esta semana en Cádiz, atendiendo a una invitación de la Fundación Carlos Edmundo de Ory. Una oportunidad para escuchar en su voz sus poemas, además de reflexiones sobre el arte y la vida, muy estimulantes. Será que siempre han de ser pocos los elegidos que sobreviven a la cultura basura, pero se echó en falta a la cita la presencia de más de un estudiante o miembro del claustro docente de, al menos, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, a pocos centenares de metros del centro Reina Sofía, sede de la fundación, un hermoso paseo a pie sobre la muralla, con vistas a la bahía gaditana cuando llegaba el crepúsculo.


El afán de cada día o también como todo sale mal al final. Aunque a lo peor no hay que preocuparse en demasía y sea menester “Avanzar confiado hacia lo oscuro”, apunta este verso de Corredor-Matheos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ofelia contra la señorita mojigata

4 Tiempo de descuento

Esas rubias auténticas