Cierta condescendencia con la verborrea



Cierta condescendencia con la verborrea conduce a leer textos donde impera el abstracto lenguaje, un masaje que incita al placer intelectual. Acontecimiento (Sexto Piso, 2014), el ensayo filosófico de Slavoj Žižek, una estrella de la filosofía actual refleja la promoción en palabras de Lola Galán en El País, es un libro que obliga a pensar al modo filosófico, que no es el común estilo de pensamiento. Libro sugestivo e inquietante. Dice el autor que «acontecimiento definitivo es la Caída misma, la pérdida de una unidad y armonía primordiales que nunca existieron, que no son más que una ilusión retroactiva». Un acontecimiento marca un antes y un después, nada será igual tras él, para entendernos. El pensamiento filosófico, la historia, todas las civilizaciones están marcadas por acontecimientos. Como Žižek es un prestidigitador de las palabras no deja de ser un encanto seguir sus argumentos al hilo de los maestros del pensamiento filosófico, el psicoanálisis, el cine, la literatura. Žižek es un filósofo de izquierdas. Es preciso señalar este dato porque al final del ensayo acaba por desembocar en el acontecimiento político que puede producirse para derrocar al gran Satán del capitalismo global, entrando en un bucle aterrador: la irreconciliable enemistad de clases sociales. Aterrador por cuanto el retorno a la liberación comunista vuelve a la noria de romper huevos para hacer una tortilla que nunca llegó ni a la Unión Soviética, China, Corea del Norte, Cuba... Romper huevos en el lenguaje del común es matar a gente; la tortilla, el paraíso de la clase trabajadora. El horror.

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