Un viaje terrorífico en las astas de la muerte
















Eso es lo que emprendió David Galván, un viaje terrorífico en las astas de la muerte, en crónica taurina de Rosario Pérez, desde Jaén para ABC, cuando el toro Durmiente anduvo despierto, cogió de la taleguilla al matador y lo arrastró como un muñeco. Descripción de éxtasis para el viajero romántico, presto a leer periódicos que no hacen ascos a la tauromaquia. Lo cierto es, que cada cual ve la fiesta según su particular interés; fiesta, ahora, en el sentido de vida en sociedad. Si a ello agregamos unos gramos de ideología, pues el mundo interior tendrá tintes de las izquierdas o de las derechas. Este que escribe prefiere hablar de plural, tras haber aprendido con el creador del materialismo filosófico Gustavo Bueno que la reducción a una sola derecha o una sola izquierda es una trampa que lo lía todo.

Una trampa que funciona en el planeta de las mentes planas. Si hay dos: izquierda y derecha, el juego de silogismos es más sencillo, las películas tendrán siempre buenos y malos y los finales serán felices o, en el caso de lío mental, tendrán finales abiertos. Sí, tenemos tendencia a la pereza de pensamiento y obra. No es novedad del día en España, donde sigue confundiéndose el chismorreo con la opinión, como ya denunciara el narrador omnisciente Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales al escribir sobre los tiempos de María Cristina la regente. No es novedad. Así que podemos emitir chismorreo u opinión en español versión global (castellano, para consumo interno), en catalán, en euskera batua, en gallego y en tertulianés; además de expresarnos en otros dialectos regionales, provinciales o locales.

Una trampa que también permite meter miedo en los cuerpos, según el particular interés de cada uno. Ahora anda la sociología de derechas armándose de valor para crear un frame, marco mental de George Lakoff, sin complejos; con el cual podrán retar a la izquierda, que no es única ni trina, y echarle en cara que no tienen la supremacía moral. En la armadura ideológica de las izquierdas, las plagas bíblicas vienen de la mano de las derechas, en tanto el camino de perfección solidaria conduce a la igualdad, que en el paraíso cubano es arroz y pollo hoy y mañana y pasado... Por cierto, el periodista Luis Ventoso escribe que Paul Krugman le debe a todo español una caña, para resarcirnos al menos del miedo en el cuerpo que nos metió con aquello del corralito en el que iban a parar los ahorros y el fin del euro como moneda. Que pague una convidá, qué menos.

El frame de las derechas está pendiente de forjarse: la libertad, amigo Sancho... ¿Cómo conducirnos con libertad? Siguen acomplejados porque practican políticas socialdemócratas en tiempos de escasez y les acusan de acabar con el Estado de bienestar, los mismos o sus conmilitones que hasta hace cuatro días como quien dice afirmaban contundentemente que el Estado de bienestar todavía era una meta soñada en España.

El marco mental progresista en literatura, es un ejemplo, borró a los “falangistas liberales” como los definió con este oxímoron Francisco Umbral (Leyendas del César visionario). Pasó por la generación del 98, dio lustre a la del 27, llegaron los del cincuenta y luego fue la modernidad del negocio literario, por resumir. Del 30 al 56, como si no hubiese literatura en España. José-Carlos Mainer desmintió los hechos en aquel Falange y literatura, antología ahora reeditada y actualizada, con textos de Agustín de Foxá, Rafael Sánchez Mazas, Ernesto Giménez Caballero, Víctor de la Serna, Eugenio D’Ors, Gonzalo Torrente Ballester, Luis Rosales, Rafael García Serrano, Jacinto Miquelarena y Álvaro Cunqueiro.

Otros tiempos. La actualidad literaria está ahora en la figura de Haruki Murakami, quien publica en español Los años de peregrinación del chico sin color. Expectación.

Otros tiempos. También cayó en lunes, el 21 de octubre de 1805. Diez mil hombres murieron en la batalla de Trafalgar. Pero a las páginas de la historia han pasado Horatio Nelson, muerto en acción; Federico Carlos Gravina y Nápoli, en Cádiz a resultas de las heridas; Pierre-Charles-Jean-Baptiste-Silvestre de Villeneuve, que se suicidó en París; Dionisio Alcalá Galiano, al mando del navío Bahama, y Cosme Damián Churruca, en el San Juan Nepomuceno.


Un viaje terrorífico en las astas de la muerte ¿no es ésa la vida que depara a tantos el tránsito por la miseria?

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